sábado, 13 de septiembre de 2025

La destrucción de la ética y los valores policiales

 Llevo tiempo pensado en como escribir esta entrada y la motivación ha sido por una actuación que tuve este domingo en la que se evidenciaba la escasez de valores y respeto que hoy día existe en nuestra sociedad.

 - Sobre las 6:30 horas del domingo 7 de setiembre la Sala de Girona nos comisionaron a un accidente de tráfico por salida de vía en una comarcal de nuestro sector. Al llegar, observamos un turismo accidentando fuera de la calzada, la unidad de bomberos que se marchaba y otra de SEM que nos informaron que solo había un herido leve, un joven que rechaza ser trasladado al hospital y que en esos momentos se encontraba en compañía de sus padres. Mi binomio se dirigió a ellos, al joven y los padres, para interaccionar con el conductor y solicitar la documentación, cuando en ese momento observó claros signos de embriaguez en el joven, por lo que se le informó que se procedería a la prueba de alcohol, que fue un resultado muy elevado. Mientras yo estaba solicitando a la Sala la presencia de la Policia Local del municipio por ser ellos los competentes en ese punto de la comarcal según el protocolo, escuché la conversación de los padres con el mosso, que literalmente le pedían al agente que hiciera la vista gorda o que les practicara la prueba de alcohol a uno de ellos como si fuera el conductor/a. No me extenderé relatando lo que les dije a esos dos padres, supuestas personas adultas pero irresponsables, con evidente falta de respeto hacia los agentes de la autoridad, así como de las leyes y con el agravante de exponerlo todo delante de su hijo de diecinueve años con menos de dos años de permiso de conducir y que seguramente sería investigado por un delito contra la seguridad viaria. 

 Esta opinión no va sobre los valores de la sociedad y la falta de respeto que va en aumento entre las personas, pero la he iniciado con esta actuación porque estoy convencido que todos somos responsables de la regresión de los valores tales como el respeto, la honestidad, responsabilidad, tolerancia, solidaridad, justicia y empatía. Cada uno de nosotros, en nuestro entorno familiar, social o profesional tenemos la responsabilidad de inculcar, demostrar y defender los valores morales o hacer todo lo contrario, patearlos irresponsablemente por acción u omisión. 

  Los valores policiales 

 "Los valores policiales son fundamentales para garantizar un servicio público justo y responsable. Estos valores incluyen la vocación policial, el honor policial, la disciplina, la honestidad, el compromiso y la solidaridad. Estos atributos son esenciales para mantener la integridad y la confianza en la labor policial. La combinación de la vocación policial, el honor, la disciplina, la honestidad, el compromiso y la solidaridad son pilares fundamentales para garantizar la eficacia y la legitimidad de la labor policial." 

 Esta es la definición que más me agrada de muchas tantas que existen sobre los valores policiales y que a estos valores profesionales se tendrían que sumar los valores morales como persona, que también son los agentes de la autoridad y que a veces, unos (civiles) y otros (policías) se olvidan.

 Hecha la introducción entro en materia concreta para opinar y criticar las praxis profesionales que destruyen la ética y los valores policiales, siempre desde las vivencias de mi entorno laboral que no es otro que el de la especialidad de tráfico y, en Girona, pero qué seguramente son extensibles en territorio, también a otras especialidades y a otros cuerpos policiales.

 Se ha normalizado el "TODO VALE" ante las praxis de aquellos que trabajan como bárbaros y lo que es más preocupante, han creado escuela, ya que sus métodos son cada vez más utilizados por otros. Praxis que atentan a la ética policial, al respeto de los ciudadanos, sean o no infractores o delincuentes, al respeto de las leyes y a sus jueces, a las víctimas de tráfico y también al menosprecio de los otros agentes que criticamos sus métodos. Del "TODO VALE" pasamos al "NO PASA NADA" cuando se reciben infinidades de quejas formales, como los VAR34 que cada semanas se registran contra los agentes reincidentes y recurrentes en los hechos y que los mandos de estos hacen oídos sordos, todo bajo la justificación de que "EL NÚMERO DE QUEJAS SON PROPORCIALES AL NÚMERO DE DENUNCIAS".

https://mossos.gencat.cat/ca/els_mossos_desquadra/indicadors_i_qualitat/suggeriments_agraiments_i_queixes/

 Quienes abrieron camino, por el año 2010, tapando coches policiales con mantas mimetizadas, poniendo peluches Nemo en la bandeja trasera y adhesivos pegados en los coches camuflados incitando a la velocidad, hoy se superan creando retenciones en las carreteras para así disminuir la velocidad de los usuarios y poder apreciar las infracciones por los agentes escondidos entre la vegetación adyacente de la carreteras y vestidos con ropas de paisano.

 No solo los métodos y las formas de los bárbaros atentan contra la ética y los valores de la policía del tráfico, hay otros individuos que por su desidia e irresponsabilidad dejan a la profesión y a sus agentes cuestionados creando el rechazo y la desconfianza hacia toda la policía. La falta de empatía con las víctimas de los accidentes de tráfico, la instrucción de atestados u otros documentos oficiales redactados por la insuficiencia, la denuncia bajo el prisma de la percepción interesada para sumar palotes diarios... no se pueden aceptar y menos normalizar, pues son comportamientos inadecuados o tratos irrespetuosos a ciudadanos que si no tienen una responsabilidad y consecuencia, solo llevan a que cale en el colectivo el "¿Y...? NO PASA NADA" por lo que los monstruitos crecen y van proliferándose como los Gremlins después del contacto con el agua. 

 El respeto de los ciudadanos y su confianza hacia los agentes de la autoridad y al Cos, así como de los tribunales y de otros cuerpos de policía se gana con cada minuto que trabajamos, con cada incidentes que se nos comisiona o nos encontramos, con cada interacción que tenemos con las personas, con cada gesto e incluso con la pulcritud de como vestimos el uniforme. En mi opinión, con las faltas de respeto hacia los ciudadanos, con los métodos que se están permitiendo, con la falta de formación, con la inexistencia de fiscalización del trabajo, con la aceptación de la insuficiencia entre los agentes y sobre todo de los mandos, la profesionalidad de la especialidad de tráfico está cayendo a niveles preocupantes y serán los ciudadanos los damnificados de esta decadencia que ya se veía venir desde hace algunos años.   

                     

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