Sigue el vodevil jerárquico en las altas cumbre del Cos. Continúa el juego de tronos dicen por falta de lealtad y traición entre la jefatura según publicaciones de prensa, así como ruido mediático y mezquindad según las palabras del ya sustituido comisario Estela. Un bochornoso espectáculo público que va desquebrajando cada día más la credibilidad del Cos de Mossos d’Esquadra.
Nada es casual ni imprevisible, todo este desaguisado jerárquico es el resultado de la injerencia política y partidista de décadas y décadas en la función policial y la seguridad pública, sobre todo des del nombramiento como comisario jefe del Sr. Trapero. De aquella paella en Cadaqués, estas peleas de gallos.
Pero esto, es el resultado de la
creación y sobre todo de la eterna adolescencia del Cos de Mossos, que nunca ha
superado o no le han dejado madurar ni emanciparse de la parte parental, la
madre y padre convergencia, procreadores de los hijos pródigos, que fueron
recibiendo la herencia en forma de charreteras y nombramiento en torno al Cos,
de forma directa en la jerarquía uniformada e indirecta en los cargos
directivos de la Consejería y la Administración.
La Criatura, se adopta en vez de
ser gestada por allá los años 1983. Hoy, más que les pesen a personajes bien
pagados como el Sr. Miquel Sellarés, él como DG de seguridad ciudadana y el
Govern de Pujol, decidieron para error de los futuros intereses
independentistas de esta década, recuperar el Cos de Mossos d’Esquadra de la
Diputación de Barcelona como base de la futura policía de la Generalitat. Las
dos o tres primeras promociones de mossos, poca vocación de policía tendrían,
ya que era un cuerpo presencial que solo trabajaba para la seguridad de
edificios y poco después de protección de las autoridades autonómicas. A finales
los 80 y principios de los 90, algunas competencias se les iba transferido como
transportes por carretera, menores y prisiones, hasta llegar el 17 de octubre
de 1994 que se formalizó el modelo de sustitución de los FCSE por los Mossos
iniciándose por la comarca de Osona hasta finalizarlo en 2008 con las comarcas
de Tarragona.
Como les pasa a muchos
adolescentes, el Cos de Mossos asume objetivos con un esfuerzo notorio para
marcar perfil, diferenciarse de tiempos y formas pasadas, invirtiendo lo
máximo... pero es una realidad efímera, al año o poco más, se inicia un periodo
de decadencia que va calando la decepción interna y socialmente allá donde se
van asumiendo territorios. Recuerdo una conversación con un vecino del Alt
Urgell, persona implicada social y políticamente, me dijo “si tuviera que
puntuar a los mossos el primer año de despliegue en la comarca, les daría un 14
sobre 10, pasado un año no llegarían a un 5 sobre 10 y después ni un 2 sobre
10”. Lo mismo ha pasado cada vez que se han asumido otras competencias, o
creado especialidades nuevas como tráfico, subacuática, montaña... los primeros
años son excelentes, pero luego se instala la decadencia normalizada en el Cos.
Por eso comparo el Cos con la etapa de la adolescencia juvenil, cuando con emoción,
esfuerzos e ilusión, un adolescente asume un reto, que acaba siendo fugaz al
poco tiempo.
También es cierto, que a la Criatura no le han dejado madurar vocacionalmente, la sobreprotección, expectativas y los intereses parentales tenían otros planes de futuro para el hijo pródigo, la carrera escogida por los tutores legales era la de ciencias políticas más que de seguridad pública. La injerencia política ha sido constante y muy notoria en la construcción de la escala jerárquica del Cos… una crítica o denuncia histórica de los sindicatos, no todos ¿Qué mosso con más de 5 trienios no recuerda el apelativo POLICIU?
El Cos fue creciendo en número,
asumiendo territorio y competencias a marchas forzadas, con formación
institucional, inculcando sobre todo los dos primeros mandamientos: El primero “de
respetarás y complacerás siempre a tus padres, la jerarquía, por encima del
servicio público” y el segundo “que nunca olvidarás quién es el creador y
estarás de por vida agradecido con él, el Partit”
El pasado lunes, el mismo día que hace
30 años (17-10-1994) se firmó en la Junta de Seguridad de Cataluña formalizar
el modelo de sustitución, el honorable Joan Ignasi Elena sustituye al 10º Cap
del Cos desde su reinstauración en 1983, comisario Josep Maria Estela que ha
durado 9 meses. Lo ha sustituido por el anteriormente sustituido comisario
Eduard Sallent (núm. 8), que según dicen, será sustituido en diciembre cuando
la nueva comisaria Rosa Bosch acabe el curso de adecuación, de un mes y medio de
duración en el ISPC, convirtiéndose en la primera mujer al mando de los Mossos
(núm. 11). Así se cumplirá la máxima apuesta, deseo y prioridad política del Conseller
Elena, culminar la feminización del Cos, por encima de mejorar la presencia
policial en las calles y carreteras, mejorar la profesionalidad del cuerpo con
formación y medios, bajar los delitos y la siniestralidad de las carreteras…
Está claro, que la política y sus intereses partidistas sean Convergentes antes y ahora de Esquerra, continúan marcado la agenda del Cos, afectando a la profesionalidad, efectividad y vocación de los policías, que todavía existen en los mossos. He conocido grandes profesionales en mis 10 trienios vinculado al Cos, unos se han marchado tirando la toalla por las injerencias políticas y otros se han quedado manteniendo un perfil bajo, trabajando no más allá de los intereses marcados por la superioridad, o sea la política, con decepción profesional, desilusión vocacional y vergüenza por el vodevil jerárquico político que tanto daño sigue haciendo a la institución y a la profesión.
La criatura suma años y no madura, no se emancipa y continúa dependiendo y obedeciendo irracionalmente las ordenes interesadas de los progenitores.
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