FALTA DE REFERENTES. Un pilar con aluminosis en el Cos de Mossos d’Esquadra
En todos los ámbitos de la vida, los
referentes son importantes, pero me centraré en los referentes profesionales y
en concreto, en la falta de referentes en mi profesión, dentro del Cos de Mossos
d’Esquadra.
Cuando era niño, adolescente, mis referentes eran mis padres y los mayores, en el colegio los maestros y en el deporte, mis referentes eran los entrenadores y sobre todo los mejores jugadores de hockey patines que era mi pasión.
Uno crece y cuando me llamaron a filas, al servicio militar, mis referentes en el Ejercito fueron los mandos de la unidad a la que serví, la Compañía de Operaciones Especiales 42. Aquellos mandos, en especial y por eso quiero mencionarlos, el Capitán Rafael Hijano (ya fallecido) Tte. Ramón Serrano, Sgto. Iborra y Pernas, Cabo Primero Conejo (también fallecido) entre otros, fueron importantes referentes en aquel periodo de mi vida como soldado, que, sin ellos, la instrucción, la formación, la estima y orgullo de pertenencia a la unidad no hubiera sido posible. No fueron mis referentes militares por solo su escalafón jerárquico, graduación o sus galones que ostentaban en sus hombros, mi respeto y admiración por ellos fue por sus dotes profesionales, control y su capacidad de liderazgo, que transmitían seguridad, confianza y creencia en lo que nos pedían y el sentido de deber a una institución tan valiosa como era el Ejército, la Compañía.
Aquellos referentes militares han sido los más importantes de mi vida y que me continúan guiando en la trayectoria profesional e incluso personal, para proceder o servir con respeto, vocación y ética en todos los cometidos de mi vida, con aciertos y errores, que también los ha habido y no pocos.
Acabado el servicio militar, vinieron dos etapas que también han sido positivas
como referentes en mi trayectoria profesional:
En el año 92, vino una nueva etapa al aprobar las oposiciones a Mossos d’Esquadra. Primero ingresé en la Escola de Policia de Catalunya, mi primer referente profesional negativo.
De aquellos nueve meses de formación, no puedo decir que los recuerdo con admiración, ni considere a ningún profesor ni instructor como unos referentes en la docencia ni en mi formación profesional. El tema de formación en la policía y en especial su referente en Cataluña, hoy llamado ISPC (Institut de Seguretat Pública de Catalunya) merece una entrada sola, para opinar extensamente del tema. La falta de referentes buenos y/o positivos
en la EPC, fue el preámbulo de la falta de referentes en el Cos de Mossos, es uno
de los pilares con aluminosis que padece la institución o mejor dicho, hemos
padecido varias promociones de mossos.
Durante los años del 94 al 98 en servicios penitenciarios, vigilancias y traslados en Lleida, Barcelona y Tarragona, mis veteranos y mandos, poco o nada me enseñaron y me inculcaron en valores y formación sobre la profesión. Solo salvo alguna excepción buena, los mandos y veteranos solo se auto meritaban por sus galones ganados en aquellos años a dedo, o por su antigüedad en el cuerpo para dejar de hacer más o menos garitas y traslados de presos. A partir del 1994, los Mossos d’Esquadra empiezan a sustituir a las FCSE (Guardia Civil y CNP) como policía de seguridad ciudadana, asumiendo progresivamente territorio empezando por la comarca de Osona. En mayo del 98, se asumen las competencias en tráfico, con lo cual, el Cos se convierte en policía integral de Cataluña, finalizando el despliegue de todo el territorio el año 2008.
A finales del año 97 inicié mi formación en la EPC para la especialidad de Trànsit, empezando a trabajar en ella a Girona el 4 de mayo de 1998. Tanto la formación en Mollet como en los primeros años en la especialidad, puedo decir con rotundidad que no tuve mandos referentes para asumir responsabilidades ni enseñar, ya que en la carretera era raro encontrar un galón ni que fuera de cabo, estaban en Sala o en oficinas de lunes a viernes.
Los únicos referentes qué si nos ayudaron, fueron los pocos compañeros que procedían de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y que pasaron a Mossos. Salvo estos compañeros ex agentes de la GC, los conocimientos y experiencias de los demás mossos en tráfico, incluyendo mandos, era pocas y se limitaban a unos pocos agentes que procedíamos de las policías locales y de los mandos elegidos que fueron hacer una formación a la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil en Mérida, de la cual se nos transmitió poquísimos conocimientos validos en la formación de la EPC y ningún ejemplo se trasladó a la carretera por parte de estos mandos que pronto se colocaron fuera del asfalto. Siendo honesto con la realidad de aquellos
años, del 93 al 98, el Cos asumió competencias de forma rápida y seguramente
precipitada por intereses políticos y personales. También es cierto, que siempre
han existido complejos y menosprecios a qué otros cuerpos policiales de España formaran
y se transfirieran profesionales (muy pocos) a los Mossos d’Esquadra, dejando a
los agentes, en concreto a la escala básica, solos en las calles y las
carreteras ante las competencias sin una formación óptima y sin experiencia ni
referentes. Los mossos se fueron forjando a base de picar piedra por las
escalas inferiores, siendo muchos de aquellos agentes y cabos los primeros referentes
que hoy tienen los Mossos d’Esquadra.
Aquellos años fueron tiempos sin referentes profesionales, sin buenos docentes en la formación, con
instructores sin experiencia policial, con mandos que solo se hacían respetar (generalizo)
por “sus galones” y amparados por el régimen interno y nunca
demostraron responsabilidad ni autoridad en las trincheras.
Los Mossos d’Esquadra han crecido demasiado
rápido, con el esfuerzo e implicación absoluta de muchos agentes, pero sin el reconocimiento
que han obtenido la mayoría de los mandos. Hoy día, existen muchos referentes
profesionales en los mossos, muchos de ellos tienen la suerte de ofrecer sus
experiencias y conocimientos a los futuros policías de Cataluña, ya sean como
docentes en el ISPC como en las destinaciones.
Y de aquellos años, todavía hay
secuelas genéticas profesionales, que por la construcción del Cos con pilares defectuosos, que hoy muchos todavía padecemos, la falta de referentes profesionales y
buenos mandos profesionales que no tuvimos.
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