Comisaria del sector de Trànsit de Girona, son las 05:50 horas del sábado 2 de agosto de 2003, cuando salí del vestuario y me dirigía a la sala de brífing, una operadora de la Sala Regional, Anita me aborda llorando y muy nerviosa me dice "HAN ATROPELLADO A ÀLEX Y ESTÁ MUY GRAVE". El turno, el día, el trabajo cambiaría para siempre.
Después de esos segundos de chok para asimilar la información, entré en el brifing para comunicar el accidente a los demás agentes que entraban en el turno de mañana.
Les pedí a la pareja de atestados, Artur y Justo que me acompañaran al lugar del accidente. Durante el corto trayecto de la comisaria al lugar del atropello, en la NIIa quilómetro 710, Fornells de la Selva, apenas cinco quilómetros, se hizo eterno, solo existía el silencio y solo un pensamiento, Àlex.
Llegamos a la rotonda, observo muchas luces azules de las patrullas de mossos y amarillas de las ambulancias. Veo a varios compañeros de tráfico sentados en el bordillo de la acera, abatidos. Localizo a Àlex que seguía estirado en el asfalto, los sanitarios del SEM le estaban haciendo las maniobras de RCP. A solo unos pocos metros oigo gritos, Xavi estaba desgañitándose con el conductor del maldito Seat Panda que acababa de atropellar a nuestro compañero.
Atestados se hicieron cargo de la instrucción del accidente, realizaron las pruebas de alcoholemia con resultado positivo penal, detuvieron al conductor y siguieron con las diligencias oportunas, inspecciones oculares, manifestaciones, mediciones, fotos...
Cuando el SEM supuestamente estabilizó a Àlex, me comunicaron que lo trasladaban al Hospital Josep Trueta de Girona. Xavi y yo acompañamos a la ambulancia hasta urgencias. En cuanto llegamos al hospital, la doctora del SEM me dijo "AVISAD A LA FAMILIA" y se fue para dentro. Poco después nos comunicaron que Àlex había muerto.
Un sábado muy duro, también el domingo y los días siguientes. Àlex no fue mi primer compañero de tráfico que había fallecido en acto de servicio, lo fue Francesc Xavier Canal del Sector de St. Feliu de Guíxols en 1999. Pero a Àlex lo vi allí estirado, inerte. El tiempo se paró, por la cabeza pasaban los momentos que habíamos trabajado juntos, también partidos de futbol con el equipo que él había organizado. Recordaba cuantas charlas habíamos tenido los dos en el vestuario después del partido, sobre la profesionalidad, los valores, el compañerismo... era como un hermano pequeño y me lo quería mucho. Una persona demasiado joven para haber pasado la pantalla de la vida a la muerte con solo 25 años, con apariencia más juvenil, muy buen humano, excesivamente noble para una sociedad egoísta. Solo llevaba 4 años en el Cos.
El conductor homicida fue puesto en libertad por la jueza a las 48 horas, con cargos, pero ni se le retiró el permiso de conducir como una posible medida cautelar. El juicio se celebró en enero de 2006 y la familia de Àlex llegaron a un acuerdo con la defensa y la fiscalía para condenar al conductor a solo 2 años de cárcel y 4 años sin permiso de conducir...Àlex llevaba casi dos años y medio muerto.
Los primeros años, cada 2 de agosto se organizaron unos partidos de futbol sala en su memoria, a los que se invitaba y asistieron la madre y hermano de Àlex. Luego y hasta la fecha, solo se homenajea su perdida con una corta lectura en los brifings cada 2 de agosto, recordando el fatídico accidente, tal y como se ha establecido institucionalmente para todos los agentes fallecidos en acto de servicio.
A finales del pasado año 2022, a sabiendas que en este 2023 se cumplirían los 25 años de la especialidad de Trànsit de Mossos, el 4 de mayo y este 2 de agosto los 20 años de la muerte de Àlex Arroyo, escribí al jefe de la Àrea Regional de Trànsit de Girona una propuesta para homenajear ambas efemérides. Es de suponer y más viviendo de mi, que dicha propuesta no fuera aceptada y ni tan solo estudiada, pero lo que no es ético ni respetuoso es no haber recibido ni tan siquiera una simple respuesta.
Àlex, en solo unos meses como agente de tráfico y cuatro años de mosso, me merece mucho más respeto que otros con rallas y estrellas o sin ellas, los cuales puedan llevar hasta 25 años en la especialidad pero que han pisado menos el asfalto de lo que trabajó él y la vida dejó en la carretera.
Àlex, como Francesc Xavier y tantos otros policías que han dejado la vida por nuestra seguridad, merecen mucho más reconocimiento que una simple lectura en los brífings de cinco líneas, pues mi propuesta silenciada y menospreciada por mis jefes por la falta de retorno, era que se homenajeara con el nombre de Àlex Arroyo Monsalve y su número profesional (TIP) la rotonda donde falleció en manos de un conductor homicida.
Por todo, mañana será el día 2 de agosto de 2023 y el mayor homenaje que no le puede faltar y noblemente deben de tener todos los policías caídos en acto de servicio, es que sus compañeros nunca les olviden, yo nunca he olvidado a mi querido Àlex y nunca lo olvidaré, sea el día 2 de agosto o los demás 364 días del año. SIAU SIUA, GRIPAU
No hay comentarios:
Publicar un comentario