SUBVENCIÓN según la RAE: Contribución financiera por parte de un Gobierno o cualquier organismo público y cualquier forma de sostenimiento de los ingresos o de los precios que implica una transferencia de recursos económicos del otorgante al receptor por una cantidad inferior a la presentación total.
SUBVENCIÓN en mi opinión: Cantidad
de dinero que otorgan los gobiernos a una organización o asociación, en apariencia
por sus fines sociales, pero en verdad es por su fidelidad y lealtad a las
políticas del partido que gobierna.
El periodista y opinador Albert
Soler, en su libro “Un botifler en la villa y corte” dice en la página 205 “El
botifler escucha la palabra << subvención>> y echa mano a la
pistola. Si no la lleva, echa mano a la cartera, para que no se la robe” Explica
que un antiguo director del periódico le contó que un alto cargo de la
Generalitat (convergente) le dijo “Si el Diari de Girona se porta bien con nosotros,
nosotros nos portaremos bien con el Diari de Girona” Las subvenciones y la publicidad
institucional son el caramelo con el que el poder consigue que el periodismo deje
de serlo.
Si querido Albert, ese es el objetivo de las subvenciones, el control de los agentes sociales a base de dinero y así mantener el silencio, la paz política o laboral en beneficio de los partidos políticos de turno y por supuesto en beneficio personal de los dirigentes de las asociaciones y organizaciones asignatarias de las subvenciones.
Las más ignominiosas subvenciones son las que reciben las organizaciones sindicales, en concreto los llamados sindicatos de clase (todo dicho con este calificativo). Millonarias cantidades que reciben del Gobierno de España y que suman a las cantidades que reciben de los Gobiernos de las Comunidades Autónomas. Con estas sumas de cientos de miles de euros, los sindicatos garantizan la paz social a los gobiernos que riegan las cuentas bancarias de UGT y CCOO. Para más pruebas de los beneficios de las subvenciones para los gobiernos, ni olvido ni perdono la concesión de la Cruz de Sant Jordi 2014 del gobierno de Artur Mas a esas organizaciones en plena destrucción y recortes de los servicios públicos y de los sueldos de los funcionarios. Tampoco olvido ni perdono el apoyo de la UGT al Procés de la mano de su líder “atrabajor” Josep/Pepe Àlvarez/Álvarez (catalanizado o españolazo según en el foro que se presente). Nada es por nada, todo es por la pasta que reciben los subvencionados que se garantizan los sueldos y el buen vivir de los dirigentes de las organizaciones y por la lealtad y compromiso de garantía política para los gobiernos subvencionadores.
Si hay subvenciones para garantizar la paz social como las destinadas a controlar sindicatos y prensa, las hay para todo los contrario, como las subvenciones que reciben ciertas asociaciones como Irídia o la Plataforma per la Llengua que generan confrontación, recelos y prejuicios en la sociedad.
Subvenciones a la Plataforma per
la Llengua
Millones de euros en subvenciones por ideología política y partidista que benefician a las entidades (sueldos de personas) con la finalidad de desarrollar una misión concreta y necesaria para mantener al partido político en el gobierno.
La asociación catalana Irídia,
según predica, dice que trabaja para promover y defender los derechos humanos
en especial civiles y políticos. Solo hace falta ver su activismo para darse
cuenta del sesgo ideológico que calzan, el populismo y el vocerío buenista y manipulador
de sus contiendas. Promueven la desconfianza social contra las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad, la presión política para debilitar las policías, generan el debate
contra las leyes de seguridad ciudadana y las normas que garantizan la función
policial para la proteger la seguridad pública.
Otras subvenciones que de
primeras son más aceptadas socialmente o diría simpáticas por la función que
nos dicen que realizan dichas organizaciones asignatarias, son por ejemplo las
asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico o seguridad vial. Entidades
que la administración les asigna una buena cantidad de subvención por realizar servicios
que deberían de asumir las administraciones públicas, por ejemplo, la ayuda psicológica.
El problema que detecto en estas asociaciones vinculadas a las seguridad vial y
accidentes de tráfico, es la falta de denuncias y a la crítica pública hacia las
políticas de los gobiernos en esa materia. Cientos de miles de euros que
reciben de subvenciones por ejemplo las asociaciones de Stop Accidentes, P(A)T…
y nunca he leído u oído una critica hacia las irresponsables gestiones sobre tráfico
de los gobiernos, concejalías, direcciones generales o comisarías de policías del
tráfico por la falta de agentes, medios o formación.
En resumen, la mayoría de las
subvenciones son un regalo millonario de los partidos políticos que gobiernan (con
dinero de los contribuyentes) para organizaciones que se benefician
principalmente sus dirigentes, con el compromiso no escrito, pero si explícito:
DE NO MORDER LA MANO QUE LES ENRIQUECE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario