domingo, 23 de febrero de 2025

Recuerdos de mi paso por la seguridad privada 1988 - 1991

  

Cuando me licenciaron del Ejército (COE 42) tuve la posibilidad de seguir vinculado a ese mundo militar y pensé enrolarme en la Legión Extranjera francesa, ya que en aquél tiempo se interesaban por la levas de dichas compañías españolas. Pero la balanza se decantó por mi vida sentimental y personal. Sin oficio ni vocación más allá de mi finiquitada pasión por el hockey, opté por enviar solicitudes de trabajo a las empresas de seguridad privada.

Pronto me llamaron de la empresa PROTECSA Protección y Custodia S.A, interesados por mi paso por la COE, citándome para una entrevista personal en sus oficinas de Barcelona, en la calle Modolell 29. Me entrevistó el jefe de personal Sr. Roca, con el cual meses después hicimos juntos alguna captación para la empresa, en el GOE IV. 


Una semana después de la entrevista, empezaba un curso de formación que realizaba dicha empresa para sus nuevas incorporaciones. El curso que duró más o menos una semana se tocaron temas de primeros auxilios, algo de normativa de derechos fundamentales y procedimientos en la seguridad privada.    

Después me entregaron la uniformidad, la defensa y los grilletes, para empezar a trabajar en mi primer servicio como guarda de seguridad en la empresa IMSA de Vilanova i la Geltrú, donde la seguridad se compartía con los vigilantes de la propia empresa y los efectivos de Protecsa. Era un servicio principalmente de control de acceso, pero también, cuando caía el día y, en el turno de noche y todo el fin de semana y festivos, se realizaban rondas por toda la zona industrial, acompañados de un perro adiestrado.


Cuando empecé a trabajar en Protecsa tenía 20 años, por lo que mis primeros meses de servicios en la seguridad privada fueron de Guarda de Seguridad (GS), una figura con funciones inferiores al Vigilante Jurado (VJ). En aquel momento de finales de los años 80 y principios de los 90 la seguridad privada se regulaba por Real Decreto y que en este enlace que comparto, se explica muy bien la evolución de esta profesión en España: 

El GS en Protecsa, vestía de uniforme casi idéntico al VJ pero sin arma de fuego, realizando servicios de control de accesos en empresas, comercios, etc. Como se puede ver en la primera foto de esta entrada, los guardas y los vigilantes de Protecsa vestían de "bonito" con pantalón negro, camisa blanca con corbata, gorra o boina negra y zapatos también negros. Y de "campaña" prácticamente como un uniforme muy similar al militar pero de color negro, compuesto de pantalón, camisola, botas, boina y un pañuelo de cuello amarillo. El GS tan solo llevaba defensa de goma y grilletes y el VJ también, más el arma de fuego reglamentaria.   

En la IMSA, siendo mi primer trabajo en la seguridad privada, cada servicio era enriquecedor y anecdótico, desde mi primer contacto con perros adiestrados, los primeros incidentes en el control de acceso con el feedback de los trabajadores, transportistas, visitas... y también con los propios compañeros de Protecsa y los vigilantes de la empresa. 

A parte de trabajar en la IMSA, se nos encomendaban otros servicios para realizar horas extras como en el Metro de Barcelona. En aquel año 1988 empezaron a retirar las cabinas de taquilla con su personal y sustituirlas por las máquinas de autoservicio para adquirir los tickets y abonos. Allí la misión de los guardas era tan solo de hacer el contaje de las personas que pasaban por encima de los torniquetes de acceso sin pagar, por lo cual y según en que estación más, alguno se encaró amenazándome si le iba a impedir el paso y, mi respuesta, más estando solo, era: "en ningún caso, mi trabajo es solo apretar este pulsador de contaje y luego informar a la central del resultado".


También realicé algún servicio en Renfe, en largos recorridos. Se trataba de acompañar a un Vigilante Jurado y la misión era de hacer presencia por todos los vagones y de responder a los requerimientos del interventor del convoy, en trayectos nocturnos de Barcelona a Zaragoza y vuelta. Los únicos incidentes en este servicio eran los hurtos que se cometían aprovechando que los viajeros dormían, casi siempre en las últimas estaciones antes de llegar a Zaragoza y, que neutralicemos un par de ellos, con diferentes resoluciones, de las que prefiero no escribir y que solo queden en mis recuerdos.



Cuando cumplí los 21 años, me preparé el temario de Protecsa para examinarme de Vigilante Jurado. Las pruebas de conocimientos y tiro las realizaban la Guardia Civil, si no recuerdo mal de su apellido, el mando responsable de dichos exámenes era el sargento Rojas, muy "conocido" en el mundillo de la seguridad privada en Barcelona. Aprobé sin problemas, obteniendo mi placa de VJ núm. 67836 y el revólver del calibre 38 especial de 4 pulgadas. 

 



Mi primer destino de VJ fue en la térmica de Cubelles, pero antes mi primer servicio lo realicé en una de las paradas y recargas de la nuclear de Vandellós II. Recuerdo que antes de ir a Vandellós tuvimos que pasar por un control médico, analíticas y orina. Los VJ de la zona de Vilanova, quedamos en un punto de encuentro para ir juntos a Barcelona en un solo coche y, de primeras ya me extrañó el sitio y la hora concertada, delante del Giraldillo (un restaurante de tapas muy conocido). Cuando llegó Agustí, el compañero más mayor, nos dijo "vamos a tomar algo", a lo que los demás le dijimos que teníamos que ir en ayunas y él respondió "hacerme caso y para dentro". Con desconfianza comimos unas tapas y bebimos cerveza, luego nos enjuagamos la boca y nos fuimos para Barcelona. Al llegar a Barcelona a los laboratorios Echevarne, todos dimos la misma respuesta a la pregunta de si estábamos en ayunas "por supuesto, solo he bebido un poco de agua". 



El día que llegamos a Vandellós para incorporarnos a la seguridad de la recarga de la nuclear, inmediatamente entendimos lo del tapeo en el Giraldillo, pues después de las presentaciones y explicaciones del servicio, alojamientos y otras informaciones, a los VJ de Vilanova se nos asignaron únicamente servicios de accesos y vigilancia del perímetro, sin poder entrar en el núcleo y otras zonas con riesgos de radiación "controlada". Los jefes de Tarragona nos dijeron que algo había pasado en las analíticas de Barcelona, por lo que deberíamos de repetir dichas pruebas en un laboratorio de Reus... No fue listo "niná" Don Agustí, el lobo de mar (ya que antes de VJ su profesión era de pescador). Cuando realizamos nuevamente las analíticas, esta vez sin tapeo previo y, llegaron los resultados, la obertura del núcleo ya se había realizado y, eso que nos quitamos de encima. Los treinta y tantos días que duró la recarga nos hospedamos en un hotelito de Hospitalet de l'Infant. En ese periodo, salió la primera prueba de acceso a Mossos d'Esquadra que me había presentado para la 4a. promoción, pero no pude ir, ya que se me negó el permiso. En cuanto al servicio en sí, salvo un susto que hubo en un turno de noche al sonar todas las alarmas y se procedió al cerramiento del núcleo, según nos dijeron, que se había descolgado una barra de uranio de la grúa que finalmente fue controlada y colocada en su sitio, no hubo nada más.

Después de un breve tiempo realizando servicios en la Térmica de Cubelles sin ninguna anécdota, tan solo destacar mi primer contacto con la Policía Autonómica - Mossos d'Esquadra, con los GEI (Grupo Especial de Intervención) que realizan entrenamientos y pruebas allí, concretamente para subir a la chimenea, me destinaron a las Caves Freixenet de Sant Sadurní d'Anoia, donde dos VJ por turno de 12 horas, realizábamos el control de acceso de personas, mercancías y rondas cuando cesaba la jornada de los trabajadores vigilando el perímetro y también el interior de las cavas. 

Las rondas las hacia solo un VJ, mientras el otro se quedaba en el acceso. En dichas rondas debíamos marcar el reloj que llevábamos colgado con las llaves que estaban ancladas en las zonas que teníamos que recorrer. Todo el recorrido se hacía a oscuras, con la linterna y las luces de emergencia como única iluminación.


No se me olvidarán nunca los sustos de "muerte" cuando, al recorrer los pasillos llenos de pupitres con las cientos de miles de botellas en crianza, una estallaban cerca. Si me hubiese tomado las pulsaciones en ese momento, estaría taquicárdico. 
Había zonas, sobre todo por la cava vieja, donde el escenario no era muy agradable por la oscuridad, humedad, telarañas... y allí había una de las llaves más odiosas del recorrido. En cuanto a las rondas y el control de estas en el registro del reloj, no voy a omitir que hecha ley hecha la trampa, por lo que todo VJ de antaño sabía cómo marcar el disco para profanar los registros. 
En este servicio pude ver, evidentemente desde la entrada, dos galas de las presentaciones de las campañas de navidad de Freixenet, de protagonistas en 1989 con Paul Newman y en 1990 con la pareja Inés Sastre y Christofer Reeve. También, en ese año y 5 meses que estuve en las cavas puede conocer a varias personas de la familia Sala y de los Bonet. A parte de las Caves Freixenet, realicé servicios en otras bodegas del mismo Grupo Freixenet sitas en misma la comarca, como las René Barbier y Segura Viudas, así como en otros sectores por ejemplo cartoneras del municipio de Sant Pere de Riudebitlles. 

Alternando con el destino fijo en Freixenet, también hice otros servicios que cobrábamos en horas extras (siendo la parte de la nómina que hacía digno el sueldo, pero que Hacienda "que somos todos" nos recordaba lo "extra" que también suponía para el Fisco). De todos los servicios extras, los más atractivos fueron los conciertos y que en aquellos años, pre-Olimpiadas, se realizaron muchos en Barcelona. Tuve la suerte de trabajar en los conciertos de Rolling Stones, Madonna, Prince, David Bowie, el Concierto Contra la Droga, dos conciertos de la gira de Julio Iglesias...

  





Podría alargarme en demasía narrando las muchas anécdotas y experiencias que viví en aquellos conciertos, resumiendo: Desde las excéntricas demandas que realizó Mick Jagger; al cabreo más que motivado que pilló Madonna al subir un espontaneo al escenario revindicando paz; la pedrada que rompió una luna del coche en el que iba Prince; la comprensión de Miguel Bosé al no dejarlo entrar por falta de acreditación; la sustracción de una guitarra del grupo Ketama que actuaban como teloneros de Prince; hasta coger en "volandas" a Julio Iglesias y meterlo en el coche porque se nos echaban encima una turba de fans; a las risas con "Papuchi" el doctor Iglesias que acompañaba a su hijo en todos los conciertos; ver y oír un mensaje contra el consumo de drogas de un solista muy conocido y seguidamente presenciar cómo se metía una raya; ser testigo del correctivo a un espectador violento que dispensó un equipo de la CNP (Compañías de Reserva en aquellos años, hoy UIP)… muchos y eternos recuerdos de aquellos conciertos. 
También realicé muchos servicios extras en el Metro de Barcelona con muchos incidentes destacables con delincuentes por robos y hurtos, acosadores sexuales, ataques violentos, grafiteros, incívicos, vagabundos que pernoctan dentro y que muchos de ellos/as tenían serios problemas de higiene y psico-psiquiátricos...

En resumidas cuentas, dos años inolvidables de mi paso por la seguridad privada que trabajé en muchos servicios como en zonas industriales, térmicas, nucleares, Renfe, Metro, caves, cartoneras, sucursales de bancos, conciertos, cartoneras, despachos de oficinas, cerveceras.... en turnos de 8, 12 y 16 horas e incluso empalmando turnos y servicios de 12 + 12 horas, como salir de un servicio de Freixenet para desplazarme al Estadio Olímpico de Barcelona para cubrir un concierto o el montaje de este, volviendo luego a Freixenet, en donde  los dos VJ alternábamos el control de acceso y el descanso. Una experiencia enriquecedora que me dio la oportunidad para poder acceder al mundo de la seguridad pública, entrando a trabajar en la Policía Local de Sant Sadurní d'Anoia y que relataré en una entrada próxima. 

PD: Puedo decir con conocimiento de causa, que después de mis años en Seguridad Privada, Policía Local y Mossos d'Esquadra, sin desmeritar a nadie, que los compañeros de seguridad privada me merecen muchísimo el respeto por las condiciones en las que trabajan, por la falta de reconocimiento y de protección legislativa... y que nunca he dudado de la peligrosidad a la que se exponen en muchos servicios, donde a diferencia de la FCS que mayormente somos los policías quienes nos dirigimos al peligro, en la seguridad privada el peligro se dirige a ellos, estando solos.   

Solo soy un agente de tráfico

 Hoy se cumplen 27 años de la Especialitat de Trànsit de Mossos y hoy hace 7 años que escribí en Facebook este escrito en el que opinaba así...